Sierra Bermeja
Sierra Bermeja, en el traspaís montañoso de la Costa del Sol, constituye el bastión más occidental de las cordilleras Béticas, las cadenas montañosas que se extienden por el sur peninsular, desde el Estrecho de Gibraltar hasta la provincia de Alicante.
Un patrimonio geológico excepcional
Hay que retroceder al menos hasta el Mioceno inferior (hace 23,7 millones de años) para localizar el origen y elevación de estas sierras compuestas por peridotitas, rocas que se formaron por enfriamiento lento del magma proveniente del manto terrestre, que arrastraron en su ascenso numerosos metales que, sometidos a grandes presiones, altas temperaturas, procesos hidrotermales, tectónicos y de contacto, han dado lugar a un patrimonio geológico singular. Esta singularidad se traduce, de una parte, en la presencia de mineralizaciones de hierro, cobre, grafito, cromo, níquel, asbestos, talco y otras más raras como de wolframio o bismuto, que se han explotado como minas, algunas de ellas hasta la primera mitad del siglo XX; y de otra, en constituir un hábitat excepcional para las plantas, un contexto de gran especialización que ha dado lugar a una importante cantidad de endemismos. En Sierra Bermeja se localizan importantes bosques endémicos de la Serranía de Ronda (de Málaga y Cádiz), los pinsapares, siendo en este macizo el único lugar donde crecen sobre peridotitas.
Todas estas características, que motivaron la visita en los tres últimos siglos de ilustres botánicos y naturalistas españoles y extranjeros, logran diferenciar a Sierra Bermeja del resto de montañas mediterráneas y la conforman como punto de unión entre las cordilleras del Sur de Europa y el Norte de África: todo un patrimonio geológico y biogeográfico de relevancia internacional.