En un momento determinado de la prehistoria los grupos nómadas se asientan en lugares estratégicos que les son útiles, tanto para el control del territorio como para la explotacion de los diversos recursos. Estos avances les facilitan un modo de vida sedentario.
Desde hace unos años, las tierras del límite occidental de la actual provincia de Málaga en su vecindad con la de Cádiz, se están convirtiendo en un ámbito de estudio especialmente interesante para conocer las transformaciones acontecidas en el seno de estas comunidades indígenas que habitaban este sector del litoral mediterráneo antes y a partir de establecer relaciones con los colonos fenicios, que arriban a estas costas a partir del siglo IX a.C. Geográficamente se trata de un espacio natural bien definido, conformado por una serie de piedemontes y valles delimitados por un arco montañoso que cierra al norte y este con las sierras Bermeja, Utrera y Crestellina, al sur, el Mar Mediterráneo, y al oeste los valles del Genal y del Guadiaro, uno de los caminos naturales más importantes hacia la Serranía de Ronda.
Hacia el primer milenio a.C este paisaje presentaba una vegetación no muy distinta pero mucho más abundante que la que observamos hoy en día: nos encontramos con el dominio de un bosque mediterráneo bien conservado que proporcionaba caza, recolección de frutos y leña abundante. Los valles, con suelos de calidad, se presentaban como buenos lugares potenciales para la practica de la agricultura, y el bosque permitía la práctica de la ganadería. Junto a ello, las sierras cercanas, ricas en rocas duras y con afloramientos minerales, también eran susceptibles de ser explotados por las comunidades indígenas. Por otro lado, el clima no ofrecía grandes cambios con el de hoy día: presentaba tiempos lluviosos durante el invierno, y secos en verano, con apenas cuatro meses áridos al año, lo que da lugar a que nos encontremos en el sector más húmedo de la actual provincia de Málaga.
Especialmente en estos últimos años, el registro arqueológico va despejando de forma bastante clara la diferencia cultural entre los asentamientos de la franja costera malagueña, de filiación fenicio-púnica, y los asentamientos del interior que se agrupan en formaciones estatales indígenas de tipo ibérico, algo que sucede igualmente en la costa granadina y almeriense.
Charlas divulgativas sobre el patrimonio natural y cultural malagueño promovidas por iluana.com
Mercado de Abastos de Estepona (Calle Villa)
Ese será el tema de la conferencia que impartirá el arqueólogo José Suárez Padilla, miembro del Centro de Estudios Fenicios y Púnicos, con el título «Fenicios e Indígenas en el extremo de la costa occidental malagueña«, el próximo viernes 2 de mayo de 2014 en el Mercado de Abastos de Estepona (C/Villa) a las 20:30. La charla abarcará una cronología que englobará los modos de vida de los grupos indígenas en el segundo milenio a.C, el contacto con el mundo fenicio hacia el siglo IX a.C. y la evolución del poblamiento en el contexto de las guerras púnicas hasta la reorganización definitiva del territorio tras la victoria del mundo romano.
La conferencia se encuadra dentro del ciclo de charlas divulgativas sobre el patrimonio natural y cultural malagueño promovidas por iluana.com en colaboración con el Ayuntamiento de Estepona.